M.I.E.D.H.O. intenta sacar de sus modelos y de él mismo una crítica hacia esta sociedad, cansada, sola. Pero su obra, ante todo es bella.
La imagen oscura. Delante de la cámara, sólo con unos leves focos que iluminan. Interpretas un papel, un sentimiento, pero basándote en tu propia imagen interna. De lo que crees que haces ante el objetivo a lo que realmente aportas a la obra no lo sabrás nunca hasta no ver el resultado. Ahí guardadas están las obras de arte. En lo que un artista consigue sacar de las realidades para respetarlas o transformarlas a su antojo
El modelo es afortunado en ser parte del proceso. Poder formar parte de ello.
No podemos reconocernos en otras personas. Cuando vemos a alguien, nos puede recordar a otro alguien, pero nunca a nosotros mismos No podemos ni sabemos reflejarnos en otras personas. Construimos la metáfora de nuestro ser. El sentimiento de una modelo hacia su reflejo en la obra está alterado. No sería realmente crítica con ella. Cada uno tiene una imagen de su belleza, una idea de su cuerpo y una creencia de cómo es. Pero la visión no es menos subjetiva cuando otro alguien con las mismas limitaciones evalúa.
El arte sirve para dejar de lado esas limitaciones de las ideas y las valoraciones. Se puede intentar interpretar una obra. Pero no se puede interpretar lo que el artista quiere decir con esa obra. Podrías estar equivocado. La suerte del arte contemporáneo, con el artista frente a ti, es que él puede explicar sus sentimientos y sus ideas. Vivimos juntos en el presente. Y en un futuro la interpretación de la obra quedaría basada en la interpretación del propio creador y de la gente que le preguntó.
Y ese conocimiento se puede compartir o criticar. Y como modelo se intenta entender esa idea para que ante la cámara la transmitas y su realidad sea auténtica.
No es un proceso fácil, no es una sola fotografía, no es una sola pose. Es una dedicación por y para el arte, por y para la belleza. Para hoy y para siempre.