Por Iván MIEDHO
Uno de los paisajes más aterradores y bellos que alcanzan y golpean mi espíritu son los desiertos. Un habitad inhóspito, violento. Donde la vida es mínima y la supervivencia es un lujo.
Hace unos días que he podido leer la nueva obra del escritor Héctor Martínez Sanz, publicada por la editorial Niram Art y que se presentó en La Noche de los Libros, organizada por la Comunidad de Madrid en la Universidad Complutense de Madrid.
En esta obra, Héctor Martínez Sanz aborda con maestría, sutileza y elegancia los acontecimientos que tuvieron lugar en Libia. La tragedia del bombardero estadounidense B-24 que por un error de navegación acabó en las entrañas del mismo desierto.
La acción nos sitúa en el año 1959, descubrimiento del bombardero Lady Be Good por una avioneta que tenía como tarea observar el desierto de Libia en busca de posibles yacimientos de petroleo. Paralelamente comienza la historia de la tripulación del bombardero B-24 en la base de Soluch.
El titánico trabajo de investigación y documentación que ha realizado el autor queda constatado a través de todos los detalles de los que goza y bebe la novela, las descripciones de los personajes, situaciones recreadas a partir de fotografías de archivo, la precisión cronológica de los acontecimientos. Todo está cuidado al máximo detalle para dar al lector el máximo acercamiento posible a la lucha por la supervivencia, que el teniente William J. Hatton y el resto de su tripulación mantienen contra la naturaleza. Pero Héctor Martínez Sanz no se limita a realizar una novela historiográfica. Existe un elemento que aparece poco a poco y que cobra protagonismo según transcurre la acción. Al principio prácticamente imperceptible para el lector. Irá contaminado y se irá abriendo camino hasta mostrar la certeza y la verdad. La fuerza oculta y maldita que de alguna manera sumió a la tripulación del Lady Be Good en una situación irrevocable.
Aunque los acontecimientos narrados en Misión 109 son de sobra conocidos, siempre ha habido un halo de misterio en torno a los hechos ocurridos. Héctor Martínez Sanz nos sabe transportar desde la realidad del desierto de Libia hasta el surrealismo del mal que acabará personificándose y haciendo gala de su profunda crueldad.
Héctor Martínez Sanz ha conseguido con esta obra crear un nuevo punto de vista, una forma de entender la trágica historia del bombardero estadounidense Lady Be Good. Es un homenaje digno al recuerdo de toda la tripulación y la voluntad infinita que demostraron por vivir en las áridas e indomables arenas del tiempo.
(…) Antes de hundirme en el infierno
los lictores del dios me permitieron que mirara una rosa.
Esa rosa es ahora mi tormento
en el oscuro reino (…)
Fragmento del poema El Desierto, de Jorge Luis Borges