El Prof. Aurel M. Cazacu, con su libro Un paradigma de la inteligencia rumana. La lógica de Titu Maiorescu (Niram Art Editorial, 2014) nos propone un análisis extenso y bien documentado de la historia de la lógica y filosofía rumanas, vistas a través de la influencia ejercida por la personalidad y la obra de Titu Maioresscu. Titu Maiorescu representó el fundador de la escuela rumana de filosofía y lógica, y también la personalidad que más promovió la modernización y occidentalización de la universidad y las escuelas secundarias rumanas, a principios del siglo XX.
Para el público español, algunos datos biográficos son necesarios para una mejor localización de la personalidad de Titu Maiorescu en el ambiente cultural rumano. Titu Liviu Maiorescu (15 de febrero de 1840, – 18 de junio de 1917) fue un crítico literario y político rumano, fundador de la sociedad literaria Junimea. Como crítico literario, tuvo un importante aporte al desarrollo de la cultura rumana en la segunda mitad del s. XIX. Como miembro del Partido Conservador de Rumania, fue Ministro de Relaciones Exteriores entre 1910 y 1914 y Primer Ministro de Rumania de 1911 a 1914. Representó a Rumania en la Conferencia de Paz de Bucarest que terminó con la Segunda Guerra de los Balcanes. Se opuso al ingreso de Rumania a la Primera Guerra Mundial, y se negó a colaborar con el ejército alemán luego de la ocupación de Bucarest.
El presente volumen se centra en su sus estudios de lógica, especialmente en el libro “Lógica. Primera parte: lógica elemental”, publicado por la primera vez en – 1876, y considerado uno de los fundamentos de la enseñanza de la lógica en Rumania durante mucho tiempo. El autor del libro comienza su investigación profunda en la obra de lógica de Titu Maiorescu con sus primeros intentos, cuando era estudiante en Viena, analizando las fuentes que inspiraron al joven Maiorescu. El primer intento teorético maioresciano se llama Elementos de lógica para las escuelas secundarias – 1858 y reflejan la influencia de Herbart y de los herbartianos. La estructura de esta obra es parecida a la los manuales de lógica de la época: introducción general, introducción a la lógica, seguida por los tres capítulos sobre nociones, juicios y silogismos.
Para que el lector pueda entender esta base, de la que parte la Lógica de Maiorescu, es decir, la influencia de Herbart, el autor hace un análisis hondo y detallado de la concepción de Herbart, tanto en la filosofía como en la pedagogía. Johann Friedrich Herbart, filósofo y pedagogo alemán es conocido por sus obras de Pedagogía general (1806), La psicología como ciencia (1824-1825) y Metafísica general (1828-1829). El nombre de Herbart está vinculado a su pedagogía científica, que pretendió fundamentar en la ética y en una psicología rigurosa, así como en las investigaciones didácticas, que impulsaron la renovación didáctica de la escuela y la conciencia de la educación a través del concepto de la instrucción educativa. Su obra más importante es Pedagogía general deducida de la finalidad de la educación (1806), donde, usando la moral, que proporciona los fines, y la psicología, que ofrece los medios, Herbart eleva la pedagogía a la categoría de ciencia.
La influencia de Herbart sobre Maiorescu fue una constancia a lo largo de la vida del rumano. “Por otro lado, la dimensión pedagógica de la obra es transparente, porque la intención de Maiorescu era que los Elementos se impusieran como manual. Esta particularidad la encontramos en las formas que sufrió la lógica maioresciana. Además, la dimensión pedagógica representará una dominante de la personalidad del autor. El substrato de esta dimensión es con certeza el sistema de la enseñanza austriaca, que estaba bajo la influencia de la concepción pedagógica de Herbart, en cuyo espirito Maiorescu fue educado. Cuando era alumno en Theresianum, la obra del alemán Herbart tenía una gran resonancia en los medios intelectuales austriacas, pero selectivamente. Gozaba de gran interés la psicología, y en especial su obra pedagógica, que influenció la mayor parte de los sistemas de enseñanza europeos, inclusivamente el rumano.”
Después del análisis de los primeros intentos de Maiorescu, de las fuente de inspiración, pasando por el ciclo de conferencias impartidas en la Universidad de Iasi, el autor analiza la obra más importante de Maiorescu, su manual de Lógica, la concretización de su sueño declarado en su diario, desde sus años estudiantiles, fruto de una verdadera pasión por la lógica “Ella (la lógica- n.n) – apuntó en el Diario el 31 de diciembre 1857 –me llevó a aspirar hacia la mejor formulación del pensamiento, hacia una expresión sin errores, corta, verdadera, hacia la evitación de aquellas palabras hinchadas y vacías, que a los jóvenes les gustan tanto usar, ella me inspiró por la primera vez el amor para una dirección del pensamiento que nunca abandonaré”.
Finalmente, en 1876, apareció la Lógica. Parte I. Lógica elemental, un manual de 110 páginas, didáctico, abstracto, preciso, con abundantes notas escritas en latín y griego y con una bibliografía imponente. La segunda parte de la Lógica – la metodología- quedó como proyecto, y se concretizaría mucho más tarde, en 1887. El autor dedica un estudio comparativo Ponencias 1880/1881, Lógica – 1876 y Lógica – 1887, donde son analizados los cambios, las diferencias estructurales y esenciales introducidos por Maiorescu. El manual de Lógica tendrá una amplia circulación y representará durante algunas décadas uno de los libros fundamentales para la enseñanza rumana. Después de la retirada de Maiorescu de la enseñanza (octubre 1909), durante la vida del autor, aparecieron la sexta edición, en 1913, fiel a la anterior, y después de su muerte (1917), apareció la séptima edición, en 1919, idéntica a la de 1898. El autor define la obra de Maiorescu como un “Trabajo sistemático, redactado según todas las reglas de la ciencia y del arte de la concepción de un manual, conteniendo además numerosas controversias y problemas a los que el autor intentó dominar y tratar lógicamente, la Lógica de Maiorescu se quedó durante más de cinco décadas la unidad de medida para cualquier intento en el campo.”
La aparición de la Lógica provocó terremotos en el clima intelectual rumano de ese periodo, terremoto cuyos efectos son analizados en el segundo capítulo del libro, dedicado tanto a los contestatarios de Maiorescu, como a sus admiradores. Maiorescu, una personalidad fuerte, tajante, fue famoso en la época por su capacidad de atraer tanto a enemigos vehementes como a admiradores fervientes. El autor intenta explicar un poco esta fascinación, tanto positiva como negativa, que provocaba el gran orador: “Fue adulado pero también odiado por sus contemporáneos, usó implacablemente el arma del espíritu crítico pero también fue herido en el alma, conoció ascensiones vertiginosas pero también caídas espectaculares. Titu Maiorescu demostró ser, en toda su actividad, desarrollada en el campo de la cultura, la enseñanza y la política, una personalidad vigorosa, con vocación de guía. Acostumbrado a amar la verdad “todo el tiempo, bajo cualquier circunstancia y para todos sus resultados” , acostumbrado a considerar que “cualquier cosa que tenga valor tiene que ser pensada y realizada en una manera original” en cualquier país, Titu Maiorescu no aceptó a muchos de sus predecesores y contemporáneos.” Para sustentar sus afirmaciones, se hace uso de las testimonias de los contemporáneos de Maiorescu, lo que le ayuda al lector a formarse una opinión también acerca del hombre Maiorescu, para poder entender, después, su obra.
La aparición en1876 del manual de Lógica provocó una de las más fuertes polémicas de la prensa del tiempo.. El muy discutido problema plantea la identificación de las fuentes teoréticas usadas para la Lógica. El autor nota que para entender este fenómeno explosivo de críticas de sus contemporáneos hacia el manual de Lógica, hay que tener en cuenta que “una característica de los contemporáneos de Maiorescu, desde sus enemigos políticos hasta sus antiguos estudiantes, es que el análisis crítico de las influencias y del valor del manual de Lógica no se disocia de la recepción contradictoria de su fuerte personalidad”.
La polémica en cuestión es famosa no sólo por tratarse de Maiorescu, sino porque en la defensa de Maiorescu acudió Mihai Eminescu, el poeta nacional de Rumanía. Un tal Zotu publicó un artículo donde aunque lo insinuara, no usó el termino de plagiado, Zotu considerando que Maiorescu había seguido servilmente la lógica del filosofo ingles J. St. Mill, Sistema de lógica deductiva e inductiva. Mihai Eminescu respondió a las acusaciones: “La respuesta de Eminescu es admirable por la concisión y la precisión, mostrando que la Lógica de Maiorescu es “el mejor trabajo en este campo que ha aparecido alguna vez en lengua rumana”.
Profesor en la Universidad de Bucarest, famoso por sus conferencias libres de lógica, y también por los cursos impartidos, Maiorescu fue el mentor de varias generaciones de futuros grandes nombres de la cultura rumana. El capitulo “La fuerza de irradiación de la lógica maioresciana – Influencias, congruencias, interferencias” está dedicado a analizar los trabajos (de licencia, doctoramiento) y también de libros posteriores de los estudiantes de Maiorescu, siguiendo su trayectoria por la vida. Entre estos estudiantes, destacamos: Constantin Radulescu Motru, Pompiliu Eliade, Leonte Moldeovan, Ion Petrovici, y, especialmente, al psicólogo Nicolae Vaschide y su lógica mórbida y A.D. Xenopol, el conocido historiador.
El extenso análisis hecho por Aurel Cazacu en el presente volumen muestra, sin equivocación, la cualidad de la Lógica de Maiorescu no sólo como el primer manual importante publicado en Rumania, pero también el “primer trabajo sistemático, coherente y accesible al público joven e interesado de ese país”. Los investigadores más críticos de la Lógica de Maiorescu se centraron en el problema de la originalidad de la obra, sin prestar atención al objetivo expresado por su autor, en el prefacio, el de escribir un manual, dedicado “a la primera enseñanza de esta materia”. Cazacu afirma, firmemente, que la Lógica de Maiorescu es “la primera creación rumana en este campo, basada en una extensa investigación bibliográfica europea. De este modo, la Lógica de Maiorescu responde a la necesidad rumana de alineación, a nivel medio, con trabajos similares occidentales. Frente a las investigaciones europeas, la Lógica de Maiorescu es más bien una obra que conserva las soluciones y los problemas de esta ciencia, que una anticipación de sus nuevas direcciones.”
En un estilo claro, objetivo, Cazacu nos ofrece no sólo un estudio crítico sobre el manual de Lógica de Mairoescu, pero también hace el retrato de una época, desde el punto de vista histórico y cultural. El presente libro ofrece una mirada interior en el mundo cultural de Rumanía en los finales del siglo 19 y los principios del 20.