May 202010
  

Usted es escritor, crítico y profesor al mismo tiempo; ¿cómo se complementan estas características en su personalidad?

H.M.S El escritor, el profesor y el crítico se complementan unos a otros. En realidad, los tres comunican y quieren enseñar algo. El escritor pone la palabra en el papel, el profesor trata de hacerla sencilla y el crítico pone el elemento reflexivo sobre cada palabra y expresión.

¿Por qué acercarse a la cultura rumana?

H.M.S Hay que acercarse a la cultura rumana, a su riqueza y tradición, a su literatura llena de folklore y a sus pensadores. Pero, sobre todo, mi intención era acercar Rumanía a la Europa Occidental, ayudar a difundir lo que Rumanía ha dado al mundo, hermanarla intelectual y artísticamente con Europa y no sólo quedarnos en la ampliación política de fronteras.

¿Qué me puede decir sobre la importancia del evento cultural Premios Amicus Romaniae y el lanzamiento de la Editorial Niram Art?

H.M.S Fue un acto muy importante. Se concedían los premios “Amicus Romaniae”, premios que unen en amistad y en abrazo a dos extremidades (brazos) de Europa: Rumanía y España. Una amistad cultural, artística e intelectual, que, creo, está bien reflejada en el libro que he escrito “Pentágono”, gracias al incondicional apoyo de la Editorial Niram Art. El libro, de hecho, está escrito por mí, un español, editado en España por una editorial española que, sin embargo, está formada por importantes amigos rumanos, como su fundador, el artista plástico Romeo Niram, que viven aquí en España. Nuestros dos países, a través de nosotros, escritor y editorial, han actuado como una sola persona. En mi opinión, los premios “Amicus Romaniae” y el libro “Pentágono” subrayan y animan a compartir y fundir nuestras culturas, por cierto, tan próximas en muchos aspectos.

¿Cómo ha recibido la noticia de que ha sido a su vez y con razón distinguido con el premio AMICUS ROMANIAE?

H.M.S Ha sido una de las mejores noticias que he recibido en mi vida. Me inundó una profunda alegría saber que todo un país, y de una sola vez, me consideraba amigo suyo. Nunca antes había hecho tantos amigos en tan poco tiempo. Fue todo un honor y una sorpresa ser galardonado por los rumanos con este premio aquí en España y que la escultura me llegara de manos de Bogdan Ater. También sentí una gran responsabilidad, al haberme convertido con ello en un “puente de amistad y comunicación” entre nuestros países y culturas.

¿De qué trata el libro Pentágono?

H.M.S El “Pentágono” ofrece una visión novedosa sobre las obras y las vidas de cinco grandes figuras del arte y la cultura mundial nacidos en Rumania: Constantin Brancusi, Mircea Eliade, Eugène Ionesco, Emil Cioran y Tristan Tzara. El libro es especial, porque los capítulos están relacionados entre sí, de modo que si alguien toma un pedazo de papel y dibuja un punto que simboliza cada una de las personalidades de que se habla en el volumen y después los une con una línea, según el orden de los capítulos, se obtiene la imagen de un pentágono.

Por qué ha elegido a Brâncu?i, Eliade, Ionesco, Cioran ?i Tzara?

H.M.S Yo les estudié y leí en la Universidad, en la Facultad de Filosofía, que compartía el mismo edificio con la de Filología. Además, en el último año he tenido la suerte de conocer a grandes admiradores del arte de Brancusi y he aprendido muchísimo de ellos. Estos artistas y pensadores contribuyeron enormemente a la cultura universal y a las artes. Sus obras y sus vidas son tan, o quizás, más conocidas que las de muchos escritores y artistas españoles. Cioran es el nihilista del siglo, Brancusi – el padre de la escultura moderna-, Tzara – iniciador Dada-, Eliade es, entre otras cosas, el más grande historiador de las religiones, e Ionesco es el maestro del teatro absurdo. Por cada párrafo de sus biografías se pueden escribir libros enteros, de los cuales la humanidad tiene mucho que aprender.

¿Por qué ha decidido escribir el „Pentágono”?

H.M.S En España se convive con una gran comunidad rumana. Por ello, la cultura rumana no puede pasarnos inadvertida ni puede quedar oculta y desconocida a los ojos de los españoles. He participado en varios debates sobre los autores y artistas del libro y se han celebrado numerosas conferencias sobre las cinco figuras en las que también he tomado parte. A partir de las conferencias y los debates, quise escribir un volumen sobre ellos, dar una visión más personal desde mis conocimientos, mis estudios y también, desde lo que aprendí en los eventos que he mencionado escuchando a los demás, y en especial, atendiendo a la gente rumana que nos acompañaba y podía enseñarme más profundamente. Es cierto que sobre Brancusi, Eliade, Ionesco, Cioran y Tzara hay muchos libros, pero ninguno en el que los cinco se organicen sobre el mismo eje a través de la historia intelectual de la cultura europea en el siglo XX: la reflexión crítica y la cuestión del lenguaje. En otras palabras, el “Pentágono” resalta el olvidado europeísmo de Rumanía, a través de cinco grandes figuras de la cultura mundial y de origen rumano.

Además, en “Pentágono” mi intención fundamental ha sido la de unir a España y Rumanía por medio de la cultura y las artes, por medio de nombres propios de una gran fuerza. Con este fin, hago una serie de comparaciones, por ejemplo, entre Brancusi y Picasso, o entre Ionesco y Ortega y Gasset. En Francia si usted pide que los transeúntes opinen sobre, por ejemplo, Eliade o Ionesco, la mayoría sabe cómo responder. En España, por desgracia, no ocurre esto. Por esta falta, me propuse dar a los lectores información en español sobre estos rumanos, pero, a la vez, de una manera accesible a todos. Ahora bien, el libro es ante todo un homenaje a Rumanía, como se puede entender desde la dedicatoria de las primeras páginas.

A que se refiere la dedicatoria del libro?

H.M.S La dedicatoria dice: “A Rumanía equinoccial: el sol sale por el este”. Es una dedicatoria que pone de relieve la primavera y el punto más alto del sol iluminando la tierra, y, en este caso, a Rumanía. El resurgimiento de una tierra fértil tras la oscuridad comunista, y la luz como una metáfora de la sabiduría y el conocimiento. Es una invitación a que Rumanía vuelva a brillar como lo hizo en tiempos anteriores.

¿En qué otros libros trabaja ahora?

H.M.S Ahora mismo estoy trabajando en una novela que trata del amor entre dos poetas: Mihai Eminescu y Veronica Micle. Aunque realmente la novela está completamente escrita, todavía no he elegido un título. Es un amor inmortal, casi mitológico, cercano al descrito por Dante y su Beatrice, o el de Orfeo por Eurídice. Por esta razón, Eminescu deberá descender, como lucero, hacia el infierno, en busca de su amada, superando obstáculos y pruebas simbólicas. Es una visión poética y romántica, en la que la vida y obra del gran poeta juegan un papel fundamental. También es la visión de un español sobre la figura, la obra y la vida de Eminescu, rodeadas de ese amor incondicional y hondo al que nunca renunció y por el que siempre luchó.

¿Cuál ha sido el momento en el que ha descubierto tus afinidades con la cultura rumana?

H.M.S En lo personal, mi descubrimiento de las afinidades con la cultura rumana es reciente, cuando entré en contacto con Espacio Niram de Madrid y conocí a Romeo Niram, hará un año. Allí charlé con muchos rumanos y descubrí espíritus muy próximos al mío como español, historias y formas de ser muy parecidas. Esto me abrió los ojos para ver que, a pesar de la distancia geográfica, Rumanía y España no estaban tan lejos la una de la otra, como yo tampoco estaba lejos de las personas con las que hablaba. También me sorprendió que era capaz de entender algunas cosas a los rumanos cuando hablaban en su lengua materna, aunque, por el momento, no puedo hablar rumano. En este aspecto debo hacer un esfuerzo por aprenderlo.

¿Qué es lo que le ha atraído hacia la cultura rumana? ¿Tal vez una de las 5 personalidades sobre las cuales has escrito en Pentágono?

H.M.S Bueno, la verdad es que fueron los cinco y no uno en particular. En la Facultad asistí a seminarios y cursos de Fenomenología y filosofía de la religión, donde descubrí la obra, los trabajos y el pensamiento de Mircea Eliade. En Eliade fue donde primero encontré a Brancusi. Casi en el mismo tiempo, dos compañeros míos en la universidad me descubrieron a Cioran, con las traducciones de Fernando Savater que impartía sus seminarios en nuestra Facultad de Filosofía de la Complutense de Madrid. Y, prácticamente, al año siguiente, por curiosidad porque conocía el dadaísmo, leí en la biblioteca los manifiestos dadá de Tzara, y La cantante calva de Ionesco. Curiosamente, por entonces, yo era un declarado enemigo de las vanguardias y el conocimiento que tuve de todos ellos, me hizo “despertar del sueño dogmático” (frase de Kant). Evidentemente, esto también supuso aproximarme a Rumanía de la que, sobre todo, hablaban Cioran y Eliade.

¿Por qué el título del libro – “Pentágono”?

H.M.S Por un lado, se trataba de cinco autores y artistas, cinco puntos o vértices, podríamos decir, que, unidos, tal como aparecen en el libro, forman la figura geométrica del pentágono. Por otro lado, al unirlos, los cinco vértices se convertían también en cinco ángulos, cinco miradas o puntos de vista que enfocan el interior del pentágono. En último lugar, cuando alguien oye hablar del “Pentágono” piensa inmediatamente en EE.UU, primera potencia mundial. De modo simbólico el libro crea un Pentágono cultural, artístico e intelectual cuya capital es Rumanía.

¿Por qué ha sentido la necesidad de hacerle un homenaje a Rumanía? Y no me refiero solamente a la dedicatoria del libro.

H.M.S Es difícil de explicar. Creo que Rumanía necesita que desde fuera se la invite a participar, después de tanto tiempo “fuera de juego”. Rumanía puede llamar a la puerta y abrir las suyas para nosotros. Pero también nosotros debemos ser los que llamen y los que debemos abrirle nuestras puertas. En segundo lugar, la más reciente historia de Rumanía, aunque con un signo ideológico opuesto, es muy cercana a la historia de mi país, de España. Esta similitud nos convierte a los españoles en uno de los pueblos que mejor pueden comprender y, quizás, más pueden ayudar a Rumanía desde el otro extremo de Europa. Por todo ello, hay en mí cierta identificación, cierto sentimiento de fraternidad histórica… A un hermano no se le abandona.

Si bien sobre los cinco que forman el “Pentágono” se ha escrito bastante en Rumania, están “en cima de la ola” como dicen, no se puede decir lo mismo sobre Eminescu. Por supuesto que él sigue siendo el poeta nacional, el ultimo gran romántico y otros clichés así, pero ha habido polémicas ardientes entre algunos intelectuales rumanos sobre el tema Eminescu – ¿sigue él siendo, o ya no está de actualidad?

H.M.S Antes he afirmado que un buen intelectual sabe tener en cuenta las cosas en su justa medida y apartarlas cuando se vuelven superfluas. Es habitual que haya intelectuales que interpretan y reinterpretan lo dicho y hecho, las afiliaciones, buscando detrás de cada palabra y letra una polémica. Yo sé que sobre la figura de Eminescu se ha polemizado en torno a la religión y, sobre todo, en torno a la política. En muchas ocasiones se ha quitado valor a su creación poética y se ha subrayado más su labor periodística, sus opiniones y sus mensajes.

Constantemente se resalta el fondo por encima de la forma, y se distorsiona con tanta interpretación. ¿Fue asesinado? ¿Su enfermedad fue una invención? ¿Era ateo? ¿Un romántico reaccionario? Me resulta muy parecido a todo el polvo levantado en España con Federico García Lorca. El pueblo no deja de admirar sus romances ni de recitarlos, o sus obras de teatro, ni olvida quién es por cuestiones que están al margen de la obra, o que se rebuscan dentro de la misma.

Yo aparto estas cuestiones y me fijo, por ejemplo, en rumanos con los que hablo y me recitan un poema de Eminescu en rumano y me explican el porqué de su pasión por el poeta. En el sonido de sus voces capto ritmo, musicalidad y melodía, formas. Luego tengo que echar mano de una traducción. No hace mucho conocí a Maria Teodora Miclea que me recitaba un poema suyo dedicado a Eminescu y ponía toda la entonación en un verso: “Ne e dor de tine, Eminescu!”.

En realidad, Eminescu recorre los versos de muchos de sus poemas. En el reciente aniversario de su nacimiento, participé en homenajes a la figura del poeta y en recitaciones del Lucero, de la Carta III o de Mortua Est junto al ICR y a los miembros de la Asociación RoMadrid. Por otro lado, he tenido la oportunidad de conocer el buen trabajo de traducción al español de Valeriu Georgiade en 1989. Quiero decir, para los rumanos que yo he conocido y que han traído a Eminescu consigo hasta España, el gran poeta es intemporal. No hay discusión sobre su actualidad. Entre los intelectuales puede ser otro asunto que nada tenga que ver con lo que significa Eminescu para Rumanía.

¿Qué es lo que le ha impulsado a un joven filósofo y profesor español a escribir una novela sobre Eminescu y el amor de su vida?

H.M.S La historia misma me resultó extremadamente literaria. Me recordaba las historias de amores imposibles, e, incluso, yendo más allá, veía a Dante y Beatrice o a Orfeo y Eurídice. Ambos enamorados descendieron a los infiernos buscando a sus amadas, aunque uno termina felizmente y el otro no tanto. No es simplemente un “amor cotidiano”, sino, quizás, un reflejo rumano de aquella Diosa Blanca sobre la que teorizó, o poetizó, Robert Graves: la musa depositándose en cada mujer que se ama y el poeta trascendiendo el enamoramiento. La historia de Mihai Eminescu y Veronica Micle, unida a otros muchos datos biográficos y poéticos, tiene para mí un sabor mítico, una gran cercanía a las maravillas mitológicas del mundo antiguo.

Por otro lado, Mihai Eminescu quedó fuera de Pentágono, entre otras cosas, porque sentí que merecía algo más poético y menos ensayístico. Eminescu está arraigado en el alma rumana y no soy quién para dar lecciones a los rumanos sobre su poesía. Al contrario, Eminescu me inspiraba un homenaje literario, algo más lírico y artístico, a pesar de tener fuertes lazos de unión con la filosofía schopenhaueriana o ser el introductor del pensamiento de Kant.

Por último, aunque no menos importante, la novela surge poco después de haber terminado de escribir “Pentágono”. Quiero decir, Rumanía sigue latiendo con fuerza en cada una de mis palabras, y es motivo también en la novela, está presente en cada página.

En una entrevista que ha dado para el periodico “Adevarul”, de Bucarest, usted afirmaba que “desde un punto de vista cultural, Rumanía está empezando a recuperar su brillo que tenía antes del régimen comunista.” Le ruego argumentar y ampliar esta idea.

H.M.S La historia de Rumanía corre paralela a la de España. Antes del régimen franquista, en España se vivió el llamado “Siglo de Plata” –porque ya tuvimos nuestro “Siglo de Oro”- en las ciencias, artes, música y literatura. En Rumanía, por esa misma época llamada “época de oro”, antes del régimen comunista, destacaban personalidades como Brancusi, Tzara o Marcel Janco, Lucian Blaga, Eugen Lovinescu, George Calinescu, Nicolae Iorga, los novelistas Camil Petrescu, Sadoveanu o Liviu Rebreanu, poetas de la talla de Tudor Arghezi o George Bacovia, en música George Enescu y Dinu Lipatti, en pintura Tonitza, Grigorescu o Pallady… o la gran contribución de la insulina por parte de Nicolae Paulescu.

Durante el período del régimen comunista Rumanía se encontró bloqueada y cerrada al llamado mundo occidental. La censura y el uso de la cultura por parte del régimen impuso serias dificultades. No quiero decir que no hubiera en este período grandes figuras, pero, precisamente, son figuras que se opusieron a esa censura e hicieron lo posible por evitarla, con muchos problemas: hablo, por ejemplo de Stanescu, Preda, Sorescu, Manolescu, o filósofos como Constantin Noica o Steinhardt. Similarmente en España, la censura y la vigilancia de las artes y las letras supuso una gran herida cultural de la que poco a poco hemos ido recuperándonos.

Rumanía, ahora, debe volver al brillo áureo del primer tercio del siglo XX, debe continuar esa labor cultural que quedó interrumpida. Yo he sido un afortunado que ha podido recibir aquí en España, en Espacio Niram de Madrid, a numerosos pintores o escritores rumanos y sé que hay una gran explosión de artistas en Rumanía por medio de amigos como Antonio Calderón que, últimamente, han pasado una larga temporada por toda Rumanía. Es más, precisamente, no hace mucho, en un artículo sobre una exposición titulada “Atlántida”, aproveché el mito para acercar el tesoro dorado de la mítica civilización de los atlantes con ese tesoro de oro guardado, conservado, que tiene Rumanía y que debería volver a ofrecer a los ojos del mundo.