Apr 082013
  

Diego Vadillo López

 

Dušica Nikolic Dann

Dušica Nikolic Dann

Mujer de semblante serio y de porte majestuoso, su aspecto anticipa una eslava frialdad que a poco que se hable con ella queda desmentida instantáneamente.

Tuve oportunidad de conocer a Dušica Nikolic en la presentación de su poemario “Otro modo de tristeza” (2010), un sugestivo libro lleno de recursos líricos que me remitían a muy variadas referencias de la literatura española, muchas de las cuales le eran ignotas a esta versificadora, lo que me indicaba que hay un lenguaje y una serie de convenciones poéticas de índole universal.

Por ejemplo “LA CICATRIZ DE UN DOLOR ANTIGUO” comienza con los dos siguientes versos: “Descansa pálida la luna/ en la cuna de los recuerdos”, los cuales nos sugieren una metáfora de enorme fuste, ya que convierte la cúpula celeste en un lecho acolchado de anhelos humanos proyectados hacia el infinito en el que una personalizada luna tiene a bien descansar.

Dušica Nikolic Dann

Dušica Nikolic Dann

Otros dos versos que llaman mi atención de dicho poema son el noveno y el décimo, que dicen así: “Códices de otros mundos/ llegaban con el viento”; en ellos queda expresado el abandono a una pasión que hace vivir en estadios cognitivos inimaginables en momentos de normalidad.

Dušica muestra a lo largo de sus poemas un temperamento muy plástico, como queda evidenciado en la recurrencia de una serie de figuras retóricas, como la sinestesia; aparecen muchas y de gran originalidad: “se repite/ un temblor tierno” (página 21); “Dentro de mi acristalado silencio” (página 23); “Por las huellas del amor”, “La esperanza transparente” (página 25); “Las carrozas que llevan/ el encuentro” (página 27); “Te abrigan las sombras grises” (página 37); “aprensión blanca” (página 47).

También recurre mucho Dušica a la personificación: “entre el cansancio de los girasoles” (página 13); “Por las noches bajan las estrellas por las cuerdas/ blancas”; “Enfermos los presentimientos,/ y la esperanza agotada” (página 21); “en el vientre oscuro del silencio” (página 41); “Balcones dormidos en la plaza antigua”, “El oscuro enorme corazón del universo” (página51).

También realiza con cierta insistencia la operación inversa, esto es, la cosificación de seres vivos o fenómenos de la naturaleza: “como pedazos de Sol…” (página17); “Suspiros atrapados en frascos azules” (página 45).

No se pueden obviar tampoco las paradojas: “baten alas muertas” (página 11); “un mudo largo llanto” (página39); “Tu triste bella alma llora, sin lágrimas”; “Lleno de vacío” (página 55).

Dušica Nikolic Dann

Dušica Nikolic Dann

Pero lo que más me seduce del estilo de Dušica son sus inesperadas metáforas y su temperamento lúdico que, otorgando gran plasticidad a las piezas, la hacen emparentar con las vanguardias. Cuando escribe en “PINTAR EL CALOR DE LA SANGRE” aquello de “En la oscuridad un sable de Sol”, nos está haciendo gráfica y lírica mostración de lo que quiere expresar por la vía no convencional.

Otro pasaje que llamó mi atención fue aquel del poema “ABRAZO” en el que escribe: “Línea del horizonte/ subraya tu vacío”. Aquí, pese a lo conmovedor del fondo, el ingenio catapulta el mensaje hacia estadios de regocijo lírico elevados. En parecida línea cabría encasillar “Ordenados/ como en un museo,/ mis recuerdos” (“POEMA SOBRE EL AMOR”, página 45). También cabría en esta lógica el verso de “VERANO” que dice así: “Quiero veranear en sus venas”, sobra explicar la hondura que expresa dicho verso, mas no me resisto a resaltar lo audaz y plástico de conseguir el tránsito hacia la profundidad del sentimiento.

No me resisto tampoco a incluir el poema “HUELLA”, una auténtica greguería en sí mismo:

 

“Como cualquier otro polvo.

 

Tu corazón deja la huella

cual caracol.

Húmeda y brillante

en el principio,

se está secando,

y el viento la dispersa

como cualquier otro polvo.”

 

Para terminar este recorrido por “Otro modo de tristeza” me gustaría ir, tras frecuentar la forma, al fondo. Y, en términos generales, diría que dicho fondo expresa la tristeza subdividida en diversos episodios marcados por un recuerdo henchido con las delicias de gratos episodios presos de la reversibilidad a la que aboca el azaroso destino, pero gratos al cabo.

No es la poesía de Dusica, pese a lo evocativa, quejumbrosa, de ahí que sea muy feliz el título “Otro modo de tristeza”, que yo interpreto como la forma alegre de asumir la tristeza que acompaña a todo el que ha tenido la opción de poder confesar, a la nerudiana usanza, que ha vivido.