Durante mucho tiempo se tuvo a Adam Smith como el padre de la economía, y a su libro sobre la Riqueza de las Naciones como el punto de partida de la ciencia económica moderna. Sin embargo, las ideas expresadas por Smith ya habían estado circulando durante muchos años, algunas por milenios, entre los intelectuales de diversas disciplinas tales como la filosofía, la política, la ética, el derecho e incluso la teología. (…)
Este libro indaga sobre el origen de las ideas económicas hasta que estas tomaran fuerza propia como disciplina, independiente de las otras áreas del conocimiento. El libro también enfatiza en presentar el contexto histórico y las controversias que permitieron que dichas ideas emergieran. La travesía comienza su viaje en el tiempo con la Biblia, prosiguiendo con los filósofos griegos, los juristas romanos, los primeros cristianos, los escolásticos, la Escuela de Salamanca y los escritores mercantilistas. Un punto de inflexión lo proveen los enfoques filosóficos que aparecen con el racionalismo, el mecanicismo y el empirismo, los cuales permiten la revolución científica del siglo.