por Dorel Schor
Hace muchísimos años, en el apartamento de un buen conocido mío, vi por la primera vez un cuadro firmado por Samy Briss. Era totalmente diferente del resto de las obras del salón, y le declaré abiertamente al anfitrión que esa era la mejor pintura de su colección. Me hubiera gustado conocer al artista, pero me dijeron que después de un fructuoso periodo israelí, se había mudado a Paris donde tiene mucho éxito.
Samy Briss es, sin dudas, uno de los más apreciados y populares pintores israelíes, pero su dimensión europea la tuvo que obtener, como siempre pasa, fuera del país. Los críticos han dicho que él combina el estilo cubista con el bizantino, que sus figuras son como iconos modernos que te miran cara a cara y de manera clásica, pero con un saludable matiz humorístico. Los exegetas han sostenido que sus imágenes captan la fuerza pero también la vulnerabilidad de la vida moderna. Me permito afirmar que todos tienen razón.
- Samy Briss
Samy Briss nació en Iasi. Estudió Pintura en la Academia de Bellas Artes de Bucarest, con el profesor Camil Ressu. Con 30 años de edad, emigró a Israel, donde en poco tiempo se hizo popular, al tener su primera exposición personal en Tel Aviv. Aunque se haya mudado para Francia, Briss ha dejado atrás obras de mosaico, relieves en madera, decoraciones murales en muchos edificios públicos.
El pintor tiene un estilo muy personal y sus obras se reconocen fácilmente. Su experiencia surrealista lo acerca a Paul Klee y a Victor Brauner sin el riesgo de confundirlos. Hay en su creación vestigios de la escuela rumana y la nostalgia de los iconos de su Moldavia natal, pero también fuertes tradiciones judías, la huella de los musicantes populares, los klezmers. Una aparente ingenuidad de las figuras o de la composición nace de la esencia de la expresión popular, refinada hábilmente por una sutil e inteligente metamorfosis. Hay elementos específicos, comunes a muchas de sus obras, como el pájaro, el pez, la flor, los instrumentos musicales. Su opción cromática es también original y remarcable.
Samy Briss vuelve a exponer en Tel Aviv. Hace un año, estuvo presente en Jerusalén. Este pintor, con obras en museos y colecciones de Rumania, Francia, Inglaterra, Alemania, Suecia, Países Bajos, Luxemburgo, Canadá, Estados Unidos, vuelve siempre al Israel de su juventud y de sus primeros éxitos, aquí donde tiene amigos y admiradores fieles, donde se siente en casa y encuentra siempre motivos de inspiración.
