Revista Quantum Culture
QUANTUM CULTURE: Es usted profesora de artes visuales, pintora, pedagoga. Parece que siempre se ha interesado por el mundo de las artes. ¿Cómo ha surgido su pasión por el arte y por qué ha decidido orientarse hacia esta profesión?
DANIELA BUSTOS CÁCERES: Sinceramente no siento ni creo que sean cosas que uno las hace por pasión, pienso que todo tipo de motivación ocurre desde la temprana infancia, y mi motivación por el arte se vincula estrechamente a mi madre quien estudió la carrera de pedagogía en artes en la Universidad Católica de Chile. Siempre estuve rodeada de todo tipo de materiales y trabajos realizados por ella y muchos libros. Para mí era un placer tocar todo y cada una de sus cosas. Por otra parte tener el permiso para hojear los libros de arte era parecido a un estado de trance, generaban en mí un fuerte impacto y me elevaban a otro plano donde podía viajar y habitar ensueños, misterios y pesadillas, como me sucedió especialmente con la obra Las tentaciones de San Antonio de Grunewald. Que hace 5 años pude estar en frente de ella, lo que significó un fuerte impacto para mí, ya que era una de mis visitas recurrentes al mundo de la oscuridad, lo que erizaba mi piel. Por otra parte, era tal mi amor y admiración por ella que cada grabado, pintura, material o relato representaba un tesoro para mí, uno que quería tener y alcanzar. Para ser como ella y vivenciar el arte como ella…Esa es la fuente original de motivación y conexión temprana con el arte.
Después la decisión de estudiar la carrera de pedagogía en artes fue también una decisión tomada a partir de su sugerencia. Lo que no indica que no fuese algo importante para mí, pero si mirando hacia atrás veo que era más bien un camino para sintonizar y conseguir la admiración de mi madre que otra cosa.
En el transcurso de la carrera fui descubriendo mis capacidades, potenciales y gustos, lo que confirmó este camino, con aciertos y desaciertos.
En la Universidad formamos un grupo plástico rápidamente, un colectivo que fue significativo para mi generación por la irreverencia tanto en contenido y como forma, junto con una gran calidad artística. Nos llamábamos Los cerdos efectistas o les cochons effecttistes. Descuadrando cualquier protocolo de inauguración de exposición artística. Luego fuimos los Frenólogos, Espeleólogos y Sicofantes que, bajo la misma base buscaba promover el arte desde una mirada nueva, rebelde anti-dictadura, como con la urgencia de distinguirse y decir lo que se nos diera la gana. Con una base artística de calidad. Destacando siempre la capacidad humana de usurpar y mentir.
Con el tiempo nos fuimos separando, por desencuentros de personalidad, e intereses, construyendo el camino de manera independiente.
Mi interés por la pedagogía se despertó más tarde, al ser madre. Esa etapa hizo que se me abriera la mente y el corazón, y mi registro de vida se ampliara, lo que provoco que pudiese comprenderla más que antes. Dándole más relevancia a la educación y principalmente al vínculo con el ser humano. Antes fue algo más bien intuitivo.
Q.C.: ¿Qué temas se pueden encontrar más a menudo en su pintura?
D.B.C. Mis temas generalmente son inmediatistas creen ser un juego de colores y formas para después ser de construidos y recompuestos en pequeños trozos de historia, en un afán inconsciente y luego consiente de reconstruir vidas, aspectos de uno, como la niñez, la sexualidad, la Daniela con todas sus facetas y vínculos para pasar por los despedazados culturales, pueblos originarios, danzas perdidas en fin, el indio oculto…Como reconstituyendo piezas en el afán de unir partes roturas quiebres pero consiente de que jamás volverán a ser lo mismo. Poniéndole belleza y rescatando la herida como registro valido necesario de las historias de vida .Sacándola a la luz del sol para que se aplaque, se disuelva o tome otro carácter.
Hoy después de tres años retomo el ejercicio de hacer arte, ya que el potencial creativo se ha canalizado en los procesos que acontecen en mi ejercicio como terapeuta en el centro de salud mental con Arteterapia, donde he depositado toda mi energía.
Q.C. ¿Qué nos puede decir sobre las características del arte contemporáneo chileno?
D.B.C. Mira la verdad es que hace bastante tiempo que me aleje de los circuitos validados por nuestra cultura que involucran a las artes visuales y otros. Tome la decisión hace ya 10 años aproximadamente conectarme con la creación casi ancestral, de una manera religiosa, religándome con lo esencial para mí, dejando de lado lo que no era válido para mí y que no estaba dispuesta a vivir. Esto para explicarte que evito al máximo el encuentro con artistas y críticos e influencias del mundo del arte, que para mí tiñen de color de mercancía un aspecto del ser que para mí cada día es más vital y delicado.
Pero si te puedo decir que hay en el medio una fuerte inclinación académica, que se esfuerza por validar el arte conceptual por sobre otros, incluso a veces menoscabando y dejando fuera otras expresiones tan importantes como las artes corporales y artesanía. De todas maneras cabe aclarar que dada mi distancia puedo decir poco de esto, corresponde más bien a una apreciación simple y personal.
Q.C.¿Cuáles son sus referencias en el mundo del arte, artistas o movimientos preferidos?
D.B.C. Históricamente me he conectado con el Fauvismo y, con el arte bruto por la garra y fuerza, pero mi mayor conexión ha sido desde siempre las máscaras y cultura africana y la partir de esos referentes ha ocurrido la construcción intuitiva de elementos para conformar imágenes a través de pequeñas instalaciones, de símbolos o muñecas ancestrales que representan a distintas personas en mi orden vincular.
También tengo una fuerte influencia con el cine en especial el cine de terror, pero hoy me inclino por los aspectos científicos de la creatividad, la neurociencia y el alma, y como el arte ayuda a manifestar en este plano de existencia su ser. Hoy esa es la guía de mi camino tanto para atender personas, crear, escribir, pensar y vivir.
Q.C. Usted es también facilitadora de Biodanza, un sistema creado por el chileno Rolando Toro Araneda. ¿En qué consiste la Biodanza? ¿Cuándo ha empezado su práctica?
D.B.C. Descubrí la Biodanza por medio de una amiga, quien me planteó y explicó cómo era y lo bien que me haría. Me invitó a que conociera el sistema, que no juzgara, solo vivenciara. Esa propuesta me animó a asistir
Al comienzo no le di ninguna importancia, era una clase más igual a muchas, con mala música en general, la criticaba, consideraba lo peor balar canciones gringas, en fin… pero a medida que fue pasando el tiempo empezó a cobrar gran sentido para mi vida la Biodanza, ya que se fue constituyendo poco a poco en un espacio significativo donde cada inquietud y problemática tenía cabida; desde el verbo, las emociones y la expresión corporal. Espacio que movilizó todo mi ser, lo que me llevó a pensar y seguir el camino como facilitadora. Para que profesores, directores, estudiantes, todos pudiesen vivir sus propias transformaciones en pos de la identidad, autoestima, armonía grupal y social. Es algo idealista pero sucedió así en mi por lo tanto ¿Por qué no creer que puede suceder en otro?
Así me introduje en el mundo de la Biodanza, y entre otras cosas comprendí que el arte y la creatividad no es de una elite social y económica, de los poseedores de talento. Es un potencial genético que pertenece a la vida.
Lo que genero un proceso sanador no solo en lo emocional propio de mi historia, sino me alentó a la creación libre de manera indiv8al y grupal. Adquiriendo importancia en mis procesos como individuo y profesional.
Biodanza es un sistema creado por el psicólogo y antropólogo chileno Rolando Toro, quien organizó una metodología de trabajo grupal donde la música, la expresión corporal y el grupo se conforman como los aspectos fundamentales. Dado por lo ancestral y universal; trasciende edades, culturas, religiones y naciones. Haciendo énfasis en la re-educación afectiva, donde se desarrollan los potenciales humanos desde una mirada Biocéntrica, es decir, la vida en el centro.
Daniela Bustos Cáceres – Profesora de Artes Visuales, Magister en Arteterapia (con la tesis “Arte Terapia; Facilitador de la Comprensión de la Relación entre emoción y cognición” – Universidad del Desarrollo), con estudios paralelos en Medicina Natural, y Nutrición. Facilitadora de Biodanza, miembro de los profesores de la Escuela de Biodanza Terapéutica en Santiago de Chile. Actualmente dicta la cátedra de Grabado no tóxico, Diseño y los electivos de Educación Biocéntrica, Creatividad y Biodanza a estudiantes de Pedagogía en Artes Visuales, reforzando preferentemente la Identidad como fuerza motora, existencial, y de exploración en la creatividad, y las capacidades metodológicas en la Educación. Además, participa del Programa de Educación Continua (PEC) de la Universidad de Chile en Programa de Convivencia Escolar en diferentes comunas. Organizadora de talleres experimentales de “Biodanza-Creatividad” y “Estética del Movimiento”, con énfasis en la expresión de ideas y propuestas creativas con Biodanza, estudiando aspectos biológicos y sicológicos del ser humano. Participaciones en numerosos talleres y seminarios. Exposiciones personales en Chile, Francia, Perú.