Por Pic Adrian
Texto del catálogo de la exposición PIC ADRIAN. ART PRINCIPAL
No se alcanza realmente una meta si no se la supera.
El Arte de nuestro tiempo se polariza, en la etapa final de su evolución, en las dos formas de Realismo total: el Esencialismo y el Pop. El primero es puro, metafísico, un arte de «meditación», el segundo es superficial, popular, un arte de «participación». Después, el Arte llega, en cada uno de los dos campos, a sus últimas consecuencias. En el Esencialismo es su forma al nivel de los Principios; en el Pop la forma final se manifiesta por un ensanchamiento que llamaría Pop generalizado, el cual incluye también las formas de hiperrealismo, los ensayos de happening a gran escala y las manifestaciones en las cuales el arte desemboca en la sociología…
En el primer complejo del Arte Actual –el complejo de la línea intelectual fuerte– una novación se produce en esta zona final con la aparición de un arte-reflexión al nivel de los Principios. El Esencialismo se inscribe de este modo en la línea del arte problemático que se desarrolla a partir del Objeto. Las tres etapas de este Arte reflexivo, a saber el Objeto, el Concepto y el Principio, corresponderán a las tres etapas en que se desenvuelve el proceso del Arte- actual-de-lo-visible a partir de sus cuatro conceptos fundamentales, la Forma y el Espacio, el Objeto y la Materia.
Esta es la gran disyunción. Mientras que bajo su aspecto material-visual el Objeto representa una piedra fundamental del complejo que terminará en el arte-feria del Pop, bajo su aspecto actitud abre camino a esta corriente reflexiva (auto-crítica, analítica), al nuevo orden que culminará con el Arte Principial.
El Ready-made no es la frontera entre el arte y el no-arte, sino la frontera entre el arte de lo visible y el arte-idea. Toda obra de arte está formada en su composición por un elemento plástico y por un elemento conceptual. Los artistas conceptuales se emancipan del predominio visual reinante en los dos complejos del Arte.
El Objeto origina una línea intelectual en el arte de lo visible, la línea intelectual débil del segundo complejo, que converge con la línea instintual fuerte del mismo complejo. El arte reflexivo arranca pues del origen de una línea intelectual débil para dirigirse hacia el primer complejo, de claro predominio intelectual, hacia la conjunción de su línea intelectual –fuerte–con su línea instintual –débil–. La progresión conciencia será pues continua, y con ella la desmaterialización del arte.
Después de salir de su primera etapa, la de la posición –correspondiente a los conceptos fundamentales–, el arte reflexivo alcanza su gran libertad de manifestación en la segunda, correspondiente a la etapa Movimiento, de la progresión del Arte actual de lo visible, entre el Objeto corriente, fabricado, «popular», escogido y proclamado Arte por el artista, y su réplica «abstractizada», rigurosa, objetivizada, pura, del Minimal Art.
La fuente «de arriba» del arte conceptual, con las búsquedas de un Ad Reinhardt y del Minimal Art, no es menos importante que su fuente «de abajo», el Objeto. La deconstrucción formal llega a un límite desde el cual el arte ya sólo puede volver, ser reflectado –se da una reflexión sobre sí mismo–; la problemática del arte se hallará cada vez más en el meollo del Arte. El Arte manifiesta el carácter finito del universo en la conciencia actual mediante este proceso de enrollarse sobre sí mismo y el carácter reflexivo que dicho proceso implica. Una vez alcanzado el punto final –el punto de conjunción entre su línea intelectual fuerte y su línea instintual débil– el Arte no podrá engendrar más que su forma Principio.
Lo conceptual –con su movilidad, sus posibilidades ilimitadas y su sujeción al elemento del Tiempo– actúa entre la rigidez de la afirmación inicial, la del Objeto (en cuanto idea) y la rigidez de la forma final, la del Principio.
Hablando de la génesis de sus ideas, Einstein dijo: «el lenguaje no parece tener papel alguno en mi mecanismo mental», y explicó que formulaba sus ideas en entidades psíquicas, signos e imágenes más o menos míticas que podrían ser reproducidas y combinadas «a voluntad», que es lo que él consideraba la característica esencial del pensamiento creativo, anterior a todo establecimiento de conexión con una construcción lógica basada en palabras u otros signos susceptibles de ser comunicados. En el Arte Principial la obra nace y madura en lugar cerrado, en zona de silencio, lejos de las vías del Lenguaje del Arte conceptual. La comunicación sólo viene después, es independiente, es esencialmente segunda.
El Arte Principial no se limita a los principios del arte; cualquier principio inmutable, sea cual fuere su dominio, puede ser su objeto. La creación se apropia su reino trascendente.
“Arte Principial” Manifiesto Pic Adrian Barcelona, 1973