Manuel Méndez Pladellorens

Entrevista con el escritor Manuel Méndez Pladellorens

Revista VIA

Manuel Méndez Pladellorens ha escrito diversos libros de lectura como CUENTOS (“Las Doce”, “En el Umbral de lo Inesperado”, “Univarius”, “Cartas de un Padre a su Hija, y otros relatos”, entre otros). Su libro “Las Doce”, ampliamente comentado en Chile, principalmente en los diarios “La Tercera” y “Las Últimas Noticias”, se encuentra, actualmente, en las bibliotecas de EE.UU., de las Universidades de Illinois (University of Illinois at Urbana-Champaign), y también en la Universidad de Texas. Asimismo, ha escrito NOVELAS (“El debate interminable, inicio de la controversia”, “Juramento de Silencio” y “La Llamada de la Esperanza”, entre otros), y POEMAS(“Díganle” y “Has que Existas”) y un Texto de Enseñanza Práctica: “Manual para un Atontado”.Página de autor

– ¿Cuándo ha empezado a sentir interés en escribir libros? ¿Recuerda sus primeros intentos?

Mi interés por escribir comenzó en los tiempos del colegio, cuando leíamos a destacados escritores chilenos como, principalmente, Marta Brunet y Gabriela Mistral, y españoles del llamado Siglo de Oro, como Federico García Lorca y Pío Baroja, entre otros. Además, en clases nos hacían escribir cuentos que después debíamos leer enfrente de nuestros compañeros. Fue, sin dudas, una experiencia muy enriquecedora. De hecho, estando yo todavía estudiando en secundaria escribí mi primer libro, “Las Doce” (cuentos), que publiqué algunos años después, y que tuvo buen éxito de ventas e interesantes comentarios de la prensa escrita. Actualmente se encuentra en las bibliotecas de las universidades de Illinois y de Texas, en EE.UU.

– ¿Cuáles son sus escritores preferidos?

Mis escritores favoritos son varios, pero quiero destacar, entre ellos, a Isabel Allende (“La casa de los espíritus”, “Eva Luna”) y a Roberto Bolaño (“Últimos atardeceres en la tierra”, “Los detectives salvajes”), cuyas obras son realmente amenas y uno desearía continuar metido en la narración, y vivirla. También he leído a José Donoso y a Marcela Serrano, que son otros conocidos autores de los cuales he intentado copiar, en parte, su estilo de escribir para intentar utilizarlo en mis obras, aunque sin perder mi identidad, mi sello propio.

– ¿Qué temas son recurrentes en sus libros?

Novelas con base y contenido histórico y, excepcionalmente, de amor; también ensayos sobre las relaciones de Chile y sus vecinos, y otros asuntos; además, historias ambientadas en el más allá; breviarios sobre diversos temas; cuentos en general y poemas. Asimismo, por mis actividades profesionales, he escrito diversas obras de carácter educativo, y de formación y perfeccionamiento laboral para trabajadores.

– ¿Le gusta más escribir cuentos o novelas, poesías?

Cuentos, porque cuando se me ocurre una idea trato de plasmarla rápidamente en algún documento, y deseo que el resultado final sea un fiel reflejo de lo que pensé en un primer instante. Por lo general, no modifico su contenido pues trato de evitar crear otras escenas que transformen estos escritos en novelas, aunque no siempre lo logro (algunos escritos fueron originalmente cuentos y los transformé en novelas, aunque no es lo usual). Me gusta mucho escribir, pero lo hago para mí, para satisfacer mi espíritu, y tengo varios libros preparados, algunos de los cuales posiblemente jamás salgan a la luz pública. Y también me gusta componer poesías aunque, debo reconocerlo, en ocasiones la inspiración demora un poco en llegar.

– La novela “La llamada de la esperanza” se publicará próximamente en España, por la editorial Niram Art. ¿Cuál fue la inspiración en escribirla?

La llamada de la esperanzaLa inspiración me llegó un día cualquiera; simplemente se me ocurrió una historia y escribí la ideal general. Me demoré aproximadamente dos años en redactarla porque, mientras lo hacía, cambiaba de opinión sobre algunas situaciones o modificaba determinados aspectos de los personajes pues parecía que, en esas ocasiones, los protagonistas y las historias cobraban vida propia. Ello, finalmente, hasta quedar conforme con su resultado. La historia no está basada en ningún hecho real pero, a veces, en los libros las narraciones ficticias se entremezclan con hechos verídicos sin que el autor lo haya deseado, ni menos planificado. Eso hace tan interesante escribir.

– ¿Nos podría contar en algunas palabras, sin desvelar mucho, la historia contada en esta novela?

Se trata del amor prohibido entre una pareja de amantes, tal vez una historia algo frecuente en otros seres humanos, pero con experiencias particulares y extrañas que tratan de ocultar tanto como les fuese posible. Dos trabajadores, Antonia y Francisco, casados con otras personas, conviven diariamente en las oficinas de su empleador, sin darse cuenta de que están realmente enamorados entre sí, descubriendo su amor, quizás tardíamente, al dejar de trabajar juntos en la empresa. Pero, la existencia de uno de ellos sufre un giro increíble cuando su mejor amiga le informa sobre un hecho absolutamente impensado con relación a su pareja. Desde ese momento no sólo cambia su mundo privado sino, también, el de todos quienes tuvieron algún tipo de participación en las relaciones de ambos, según se refleja en tan inesperado final.

– El amor es un tema fundamental en sus escritos. Según usted, ¿ha cambiado algo en la forma de vivir el amor? Me refiero al amor en la sociedad de hoy, donde la información circula con tanta prisa y pasamos el tiempo conectados en la red.

Sí, el amor es un tema fundamental en mis escritos, principalmente en la novela que publicará la editorial Niram Art, también en varios de mis cuentos y, principalmente, en mis poemas. Para mí, el amor es tan esencial en nuestras vidas que cuando es sincero también es desinteresado e irradia paz, y donde hay paz existe alegría, y sin alegría quizás no podríamos seguir existiendo. Pero hay muchos que desconocen el verdadero amor y se casan y se separan como si ello fuese lo más natural del mundo, confundiéndolo, tal vez, con la pasión, el frenesí o un simple capricho de un determinado momento o período de tiempo, quizás contaminados por algunas malas experiencias que entregan, básicamente, algunas comunicaciones audiovisuales. En lo personal, no me preocupa que una pareja tenga relaciones sexuales sin estar casada y, producto de ello, nazca un bebé. Lo que me inquietaría es que a ese bebé no lo cuiden, ni le entreguen valores para ser una persona mejor. Creo que el amor no puede ser egoísta sino, por el contrario, dadivoso, y ello se puede manifestar de diversas formas, y una de ellas es preparando a nuestros hijos no para que sean iguales a nosotros, sino superiores a nosotros. Así se demuestra la existencia del verdadero amor.

– ¿Cuáles son sus pasatiempos?

En el pasado mis pasatiempos favoritos fueron leer, escribir, jugar fútbol, tenis de mesa (ping pong), pool y, principalmente, viajar para conocer otros países y sus diferentes costumbres, porque todas esas actividades me mantenían activo. En la actualidad son, básicamente, leer, escribir y escuchar música, lo que, conservándome todavía vigente, me permite pasar más tiempo con mis seres queridos y llevar una vida tranquila, aunque sin descuidar por ello mis actividades profesionales.

– ¿Qué le gusta más de España?

Su hospitalidad, sus mujeres tan guapas, su idioma que es el mío, la pasión y personalidad tan fuerte y expresiva de los españoles, su agradable clima, su arte, sus museos, su arquitectura, su comida que es una de las mejores del mundo, la belleza de Barcelona y la grandeza deportiva de su Club, a quienes aprendí a querer desde pequeño y, principalmente, los recuerdos que España y la ciudad de Barcelona me entregan de mis ancestros, especialmente de mis abuelos.

– ¿Nos podría hacer una breve presentación del panorama literario actual de Chile? (escritores, tendencias, temas etc)

Chile ha sido considerado un país de poetas, principalmente por sus dos Premios Nobel Gabriela Mistral (Lucila Godoy) y Pablo Neruda (Neftalí Reyes). En la actualidad los escritores chilenos están más integrados a lo que se llama la nueva narrativa, aunque autores con otras tendencias, incluso más románticos, y poetas en general, existirán siempre. Sin embargo, el panorama literario actual no está en gran nivel. De hecho, tengo la impresión de que se está privilegiando escribir para el gusto de los lectores y así vender más libros, sin importar mayormente su calidad. Hace algún tiempo el poeta y renombrado crítico literario chileno José Miguel Ibáñez Langlois dijo: “tengo la impresión de que leemos libros cada vez más malos, más pseudoliterarios o más pseudointelectuales”. A pesar de lo anterior, hemos tenido escritores chilenos contemporáneos, que han sido reconocidos a nivel mundial, como, entre otros, a Isabel Allende y a Roberto Bolaño. Y pese al factor que comentamos más adelante, en la actualidad Chile todavía cuenta con escritores relativamente jóvenes, que ya han recibido diversos reconocimientos por sus escritos como, por ejemplo, Andrea Jeftanovic, reconocida narradora y ensayista; Germán Marín, cuyos relatos y novelas se han constituido en referencias ineludibles para las nuevas generaciones de escritores; Jaime Collyer, integrante de la llamada “nueva narrativa chilena”, quien ha obtenido numerosos premios por sus relatos y novelas, y se ha convertido en uno de los grandes escritores chilenos del siglo XXI y, por último, Nona Fernández, narradora, guionista y dramaturga, quien escribió un conjunto de relatos en torno al tema de la borrachera, y otras novelas, con las que ganó un par de Premios en los años 2003 y 2008. Entonces, aun con el bajón de nuestra actual literatura, todavía existen muchos que siguen privilegiando la calidad por sobre lo monetario, lo que augura una posibilidad cierta de volver a reverdecer reconocimientos internacionales como en el pasado. Todo lo anterior, y al hecho de que en Chile existe una inquietud siempre despierta en diversos sectores, y a que cada feria de libros que se organiza, cada lectura y cada nuevo lanzamiento de una obra, tiene un verdadero e importante público cautivo. Pero existe un factor al cual no se le ha dado la debida importancia: el nivel de producción de libros en Chile ha bajado considerablemente pese a los lectores siempre fieles y ávidos de tener en sus manos una buena obra, porque la publicación de un libro es cara en este país, ya que al valor comercial del libro se le debe agregar un impuesto al valor agregado (IVA) que limita los deseos de quienes no pueden solventarlo. Y eso es una verdad indesmentible que motiva la pérdida de muchos potenciales buenos escritores y, por supuesto, de nuevas y mejores obras.

 

Entrevista realizada por Rafael Volonski

Diciembre 2015

 

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