Reseña del libro La Esclavitud Negra En Costa Rica de Oscar Aguilar Bulgarelli

de Fabianni Belemuski

publicada en la revista Quantum Culture

La obra La esclavitud negra en Costa Rica (Niram Art, 2015), de Óscar Aguilar Bulgarelli e Irene Alfaro Aguilar representa, al mismo tiempo que una detallada y muy documentada exposición de la temática –siempre apasionante– de la esclavitud, un documento absolutamente necesario en Costa Rica y en los países que practicaron o padecieron la esclavitud.

LA-ESCLAVITUD-NEGRA-EN-COSTA-RICALas razones son varias pero recordaremos ahora que hubo una época en la que las transacciones con simios homo sapiens eran corrientes. De hecho, para ser precisos, la esclavitud acompaña toda la historia del hombre, tal como señalan los autores y este hecho nos hace vigilar el fenómeno para ver si ha desaparecido o si se ha transformado en otra cosa.

Como siempre ocurre con las investigaciones serias, el contenido de esta obra presenta unos datos que revelan, contradicen y sacan del olvido aspectos presentados como verdaderos y completos a toda la sociedad, para someterlas a la crítica.

Las líneas de investigación abordadas por los autores son:

  • La población esclava negra o de origen negro existente en Costa Rica durante el periodo colonial fue numéricamente mayor de lo que tradicionalmente se ha creído;
  • El número de esclavos negros se ocultó en documentos importantes como los censos para privilegiar los intereses de los negociantes;
  • La mano de obra esclava ayudó al enriquecimiento de los sectores privilegiados que dieron lugar a la oligarquía económica y política de Costa Rica;
  • La esclavitud pone en evidencia la desigualdad existente y el establecimiento paulatino de una sociedad de castas con la presencia de los prejuicios raciales;
  • La afirmación de que Costa Rica es una sociedad de etnia blanca obedece a un concepto sin fundamentación histórica real;
  • El negro esclavo colonial deja una importante herencia cultural.

Estos objetivos, tratados a lo largo de nueve extensos capítulos, son respaldados por una extensa bibliografía y años de trabajo de campo.

En el primer capítulo, que trata del origen y desarrollo de la esclavitud americana, se contemplan los aspectos relacionados con el inicio de la esclavitud, sus características, el desarrollo de la Trata de Negros en América y el derecho indígena americano y el del esclavo negro.

Hallamos aquí que España y Portugal jugaron siempre un papel importante en el negocio de la esclavitud y que había también una esclavitud indígena, lo cual lleva a los autores a afirmar que durante el siglo XVI “la esclavitud indígena no disminuyó”.

Subrayamos el dato porque se germinó una lucha por la libertad, primero para los indígenas, luego para los africanos, libertad que algunos padres como Antonio de Montecino, Francisco de Vitoria o Fray Bartolomé de las Casas, incitaron con sus denuncias. El debate, en aquellos tiempos, se daba en torno a la cuestión de si los indígenas y los negros tenían alma y Antonio de Montecinos “proclamó que los indios no eran bestias, sino seres humanos con almas racionales a quienes los verdaderos cristianos, españoles o no, debía amar como hermanos, no oprimir como siervos”, indican Aguilar Bulgarelli y Alfaro Aguilar.

Los siguientes capítulos, del tercero al séptimo, desarrollan el análisis de la esclavitud negra en Costa Rica de forma cronológica, en todas sus facetas: sus orígenes, el comercio legal de esclavos africanos, la producción de cacao en Matina y en Centroamérica, el maltrato a los esclavos y la oligarquía esclavista de Costa Rica.

Si antes hacíamos referencia a las denuncias de algunas personas en contra de la esclavitud, la realidad acerca del maltrato a los esclavos era que eran considerados como “piezas comerciales”, “catalogadas como bienes muebles, por ser ante la ley meras herramientas de trabajo, propiedad absoluta de su amo”.

El amo tenía derecho a utilizar algunos métodos para corregir la conducta de los esclavos, métodos que incluían la violencia.

Un espacio muy importante en la obra lo ocupa el designado por el capítulo octavo, que trata de la “herencia entre penumbras” que la esclavitud dejó en Costa Rica, y del proceso de mestizaje. La herencia es, en parte, una sociedad de castas, de privilegiados (los pocos, que tenían el poder y eran blancos y españoles) y de mulatos, negros y pardos, que eran plebeyos. Y esta sociedad injusta es la que origina la oligarquía económica y la política nacional.

Aparte de las líneas de investigación declaradas por los autores y que mencionamos más arriba, no faltan de la obra los elementos picantes: “la introducción de esclavos africanos al Nuevo Mundo se inicia desde el momento en que el hombre blanco llega a tierras americanas”; a los esclavos se les exigía ser católicos o haber nacido católicos para “prevenir la incursión de ideas paganas entre los indígenas” (que ya había sido cristianizados); las condiciones de trabajo de los esclavos eran a veces deprimentes, pero “los negros lograban sobrevivir en condiciones que eran intolerables para los indios y trabajaban eficazmente bajo el látigo del amo”; “en 1810 había en América, sin considerar el comercio ilegal, 6.433.00 negros” (incluidos Estados Unidos y Brasil); los métodos de obtención de los esclavos eran la compra o la captura, que significa que los comerciantes de esclavos iban a la selva, o a los pueblos de los africanos y los secuestraban.

La trata de esclavos era un negocio muy provechoso, apunta Bulgarelli citando a Richard Kontetzki y en algunos casos, el que más beneficios reportaba: “los esclavos constituían la mercancía más importante que se llevaba a América, mercancía que anualmente representaba un valor de alrededor de un millón de ducados”.

Todas las cuestiones tratadas en la obra son, en primer lugar, una invitación a la reflexión para una mejor comprensión del fenómeno de la esclavitud.

Es imposible no preguntarse qué hacían los occidentales, españoles, portugueses, franceses, ingleses, holandeses y belgas en tierras extrañas, conquistando e imponiendo a la fuerza la “verdadera religión”, capturando y comprando negros sin alma.

Es imposible no preguntarse, al mismo tiempo que los autores de la obra, por la herencia de la esclavitud en los países ocupados por las potencias coloniales.

Es imposible asimismo, no preguntarse por la herencia de las prácticas esclavizadoras en los países que las llevaron a cabo.

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Fabianni Belemuski, licenciado en Periodismo, doctorado en Filosofía, Máster en Estudios Avanzados en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, es periodista y escritor. De su obra cabe destacar: Diario del Capitán Nwo Sékke y otros cuentos, Deconstrucción, nada más allá, Atomic dream, Habitante ficticio y La identidad versátil. Ha recibido el premio MAC (Movimiento Arte Contemporáneo—Lisboa) “Periodismo Cultural 2010”.

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