Vadillo, según comentaba Iván Soto, es un escritor eminentemente plástico al margen que tras dicha plasticidad pueda encerrarse un meollo teórico de enjundia; de hecho el propio Vadillo, en un aparte tras el acto de presentación me corroboró que a él le gusta abordar lo académico de manera plástica, no en vano antes había reconocido cuáles son sus escritores de cabecera, gentes como Valle-Inclán y Gómez de la Serna, a quienes ya ha dado cabida en otras de sus obras, y creadores cuya estela continúa. En “Orfebrerías de lo sublime”, precisamente, dedica sendos capítulos a Valle y a Ramón: “Valle-Inclán, pintor de especulares parábolas espectaculares” y “Ramón y los pintores”, respectivamente.
Abril Lago – periodista
ÍNDICE DEL LIBRO
[1] De las arenas movedizas de la Retórica es muy difícil escapar
[2] De sintaxis pictóricas y de pictóricas gramáticas
[3] Pigmento y Epíteto (paleta de epítetos)
[4] Sintaxis moldeables
[5] Lo metafórico y los mayores niveles de concreción artísticos
[6] Alarcos y la poesía de lo metalingüístico
[7] Poética de lo premeditadamente sencillo
[8] Entre lo óptico y lo óptimo
[9] El tono y su don de la ubicuidad
[10] Una propuesta de modelo para comentar Arte y Literatura
[11] Lienzos sonoros y diáfanos y poemas parcos en palabras
[12] Monet y Azorín, armonizadores de pinceladas
[13] Valle-Inclán, pintor de especulares parábolas espectaculares
[14] Umbral y las vanguardias
[15] Los espejados entramados de Manuel Altolaguirre
[16] Coquetería estilística en el periodismo de opinión e información
[17] Un Madariaga plásticamente inmisericorde
[18] Trilogía chungo-preciosista de Madrid
[19] La Bolsa, ¿cuándo metáfora más atroz?
[20] Rami Meiri, redentor de fachadas
[21] El archipiélago maravilloso, de Luis Araquistáin, un ejemplo de literatura (anti)utópica española
[22] El rabino Sem Tob, un humanista sefardí en la Castilla del siglo XIV
[23] La información económica como material DADÁ: un poema a la Tzara usanza a cuenta de la crisis
[24] Rosa Reis: la sonrisa del MAC portugués
[25] Ramón y los pintores
[26] Obradores de periferias (o desde estas)
[27] Lichis, el vate verbenero
[28] El lirismo bronco de Evaristo Páramos
[29] Lirismos de lo desapacible: Josele Santiago
[30] En torno a “La vida sigue igual”, de Julio Iglesias
[31] Kutxi Romero, el discípulo extemporáneo de Góngora
[32] Hundertwasser y Krahe: arquitectura versolibrista y libérrima poesía arquitectónicamente racional
[33] Con respecto a Mariano Martín Rodríguez a cuenta de Ramón de Basterra o la importancia del oficio filológico
[34] La poesía, ese algo difuso y omniabarcador
[35] Poética del absurdo